Honduras








Las mismas intenciones y los personajes de siempre

El pasado domingo 28 de junio, en horas de la madrugada, tropas del ejército asaltaron la residencia del presidente de la República de Honduras, Manuel Zelaya Rosales. Después de desarmar a la guardia, procedieron a secuestrar al mandatario, a quien luego expulsaron del país y dejaron en Costa Rica. Los golpistas suspendieron todas las emisiones de radio y televisión y cortaron la energía eléctrica con el claro propósito de aislar a los ciudadanos hondureños del mundo.
El pretexto para el golpe de estado actual fue que el presidente Zelaya venía impulsando una consulta, no vinculante, al pueblo sobre la posibilidad de que en las elecciones de noviembre próximo se pusiera otra urna en la que los ciudadanos se pronunciaran sobre la convocatoria de una asamblea nacional constituyente. A esta encuesta, programada para llevarse a cabo el domingo anterior, se habían opuesto la Corte Suprema, el Congreso y las Fuerzas Armadas. Es de anotar que consultas de esta índole se han efectuado en los más diversos países de América Latina; en Colombia, por ejemplo, a través de la séptima papeleta, Virgilio Barco y César Gaviria le abrieron paso a la que sería la Constitución de 1991, y Álvaro Uribe ha reformado y manoseado la Constitución y las leyes para acomodarlas a sus apetencias cotidianas. Hasta el momento, a ninguno de los reformadores les había costado el cargo el embarcarse en tales innovaciones.
Los ataques de los sectores dominantes contra Zelaya comenzaron cuando este proclamó que su gobierno sería en delante de centro izquierda y adhirió a la Alternativa Bolivariana para las Américas, ALBA, el 25 de agosto de 2008. Honduras compraría petróleo a Petrocaribe pagando al contado un 50% del valor y el otro cincuenta podría cancelarlo en el curso de 25 años, con un interés del 1%. El presidente sostuvo que "Honduras tiene ahora una política exterior muy abierta, muy heterogénea, muy pluralista...hemos querido imprimirle una dinámica diferente al proceso de las relaciones internacionales".En septiembre retrasó la recepción de las cartas credenciales del nuevo embajador norteamericano, Hugo Llorens, en solidaridad con el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien acusó a Washington de haber promovido una ola de desórdenes en su contra. Y en una carta a Obama, acusó a Estados Unidos de intervencionismo y le pidió que respete "el principio de no injerencia en los asuntos de otros estados. También denunció que Estados Unidos utiliza las visas como mecanismo de presión. Con franqueza encomiable, le aconsejó excluir "las operaciones encubiertas" y las "diplomacias paralelas". También exigió que los "embajadores deben comportarse como tales y evitar declaraciones públicas inapropiadas (...) y presiones mediáticas sobre los gobiernos y los pueblos ante los cuales están acreditados". Por último, dijo: "La legítima lucha contra el narcotráfico u otras amenazas no deben ser utilizadas como excusa para llevar a cabo actividades de injerencia en los demás países".
Claramente el golpe de estado de Honduras no es un caso aislado, sino una etapa más para desbaratar las fuertes alianzas que se están desarrollando en América Latina en contra del Imperialismo Norteamericano y sus socios locales; como bien diría Fidel Castro a más de 15 días de la actividad fascista en Honduras: “Muere el golpe o mueren las constituciones”, haciendo referencia a al peligro que corren los pueblos Americanos a ser barridos por una ola de golpes de estado. La maniobra es evidente: EEUU promueve el cuartelazo y, cuando ya se ha consumado, se proclama enemigo de cualquier intervención extranjera. Obama pregona el diálogo con quienes usurparon el poder; y, en últimas, dice (usando su mejor tono imitador de M. Luther King) “Creemos que el golpe no fue legal y que Zelaya sigue siendo el presidente de Honduras”. Pero su secretaria de Estado, Hillary Clinton, se resiste a denominar “golpe” a la crisis, apresurándose a declarar que mantendrán al embajador Llorens en la capital hondureña y que no suspenderían el apoyo económico al gobierno actual.
Mientras tanto los medios oficiales de comunicación “mutilaron” el golpe y lo presentaron como una simple sucesión de poder. Medios transnacionales de la información desde un primer momento como la CNN, El País, El Mundo y BBC, entre otros, “aprobaron” esa “sucesión”. Reaparecen además dos elementos indispensables para la continuidad de los usurpadores: el apoyo nefasto de la iglesia y los escuadrones de la muerte encargados de la “limpieza social”. En fin, todo un despliegue del guión golpista de Washington.
En Honduras, hoy, el pueblo está resistiendo al estado dictatorial que está imponiendo, con brutalidad y violencia, una falsa democracia de esa ínfima minoría voraz y desalmada. Coreando “adelante, que la lucha es constante”, esperan la solidaridad y las acciones terminantes de la comunidad internacional que todavía no se anima a desafiar los dictámenes del Tío Sam.

LANITA La Guerrillera,
San Juan, 15/07/09

2 comentarios:

  1. Esperas batallar la violencia con + violencia pero esa esa no es la solucion...obama está abierto al dialogo y procuro que asi fuera en costa rica

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  2. Sra. Rosa: como escritora del blog le aseguro que no batallamos con violencia sino con juicio crítico, ideas, sentido común y necesidad de justicia. Por otro lado, le recomiendo la lectura de la siguiente noticia para que pueda comprobar quienes son los que utilizan métodos y estratégias para aplicar violencia en el mundo en manos del "dialoguista" Obama: http://es.euronews.net/2009/07/21/estados-unidos-vendera-armas-a-india/
    Espero también pueda leer la columna en Nacionales de mi colega Lucas Bols en referencia a este tema. Sin más, la invito a abrir los ojos porque la luz en principio duele, pero luego le tendrá miedo a la realidad y no a las palabras de los que ya pasamos por este proceso esperando que más personas se despierten, quizás a tiempo.
    Saludos. Lanita

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