
¿Cómo se puede querer más cuando ya se tiene todo? La pregunta te la puede responder la alta aristocracia terrateniente de nuestro país, representada a través de una mesa de enlace “recargada” que ahora cuenta con un elenco de personajes como Carrió, Solá, Bullrich, Macri y demás parásitos de la política que saltan de perro en perro buscando de dónde chupar sangre.
“El campo”, como les gusta llamarse, y que no tiene un pedo que ver con el trabajo agropecuario, el arado y la cosecha, acaba de protagonizar por medio de sus máximos referentes un nuevo sainete durante la Exposición Rural de Palermo. Una vez más y en un anacronismo que parece salido del culo de una vaca, los grandes productores nacionales se autoproclaman motor fundamental del crecimiento, o se dicen, como lo manifestó textualmente el diputado Alfredo Olmedo, conocido como el rey de la soja, “parte de la solución y no parte del problema”.
Y como si esto fuera poco, nos tuvimos que fumar un discurso como el de Biolcati, donde se arenga una vuelta al siglo pasado, donde los que mandaban en todos los órdenes y todas las esferas eran los patrones de estancia.
La verdad es que ya estamos podridos de argumentos como de que somos el granero del mundo o de que el “campo” es el que le da de comer a la gente. ¡Mentira!… El campo concentrado en manos de unos pocos privados y la mayoría extranjeros como Cargill y Monsanto, no le “da” un carajo a nadie, en todo caso le “vende” comida a la gente o, más específicamente, soja a los chanchos de la China, lo que hace una diferencia bastante sustancial, tanto como la que existe entre un comedor comunitario y Mc Donald. Que quede claro, dar de comer no es lo mismo que vender comida.
Además nos olvidamos que para que el crecimiento de una nación sea integral, el desarrollo del campo debe ir acompañado de un fuerte desarrollo industrial. Todos sabemos que países como Canadá o Australia, comenzaron como Argentina, con un fuerte sesgo agropecuario en su economía; pero no se quedaron in eternum con eso; lo usaron como plataforma y se industrializaron. Simplemente porque el campo no da trabajo y recursos para todos, y de una buena vez por todas estaría bueno que pensáramos en todos (y todas)
No obstante, estos son y aquí están.
Los multimillonarios retrógrados de nuestro país, que no dudan en utilizar las rutas, los cauces de río, los puertos y toda la infraestructura estatal para sacar sus productos al exterior, y que tampoco dudan en tener a la inmensa mayoría de sus trabajadores en negro (se estima un 75%) y casi al borde de la pobreza, están ahora chillando desesperados porque dicen que el Estado entorpece sus actividades.
Así que en una declaración insólita los señores ahora han manifestado que no quieren tributar ni un solo centavo en concepto de retenciones a las exportaciones. No les interesa pagar impuestos, total viven en countries cerrados, mandan sus chicos a escuelas privadas, se atienden en clínicas privadas y viajan con seguridad privada.
La pregunta es porqué la quieren toda,… si sabemos que ya la tienen
…la tienen toda y la tienen bien adentro
(Gracias Diego por tantas frases inmortales)
Lucas Bols
Mendoza, Agosto de 2010
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