El agua es para tomar

Al mismo tiempo que nos convertíamos en el primer país de Latinoamérica en promulgar el matrimonio entre personas del mismo sexo, en el recinto de en frente, en la Cámara de Diputados, se discutía el proyecto sobre la protección de los glaciares. Este proyecto no es ni más ni menos que un intento por salvaguardar aunque sea legalmente las reservas congeladas de agua dulce que tiene el país, las cuales no sólo no abundan en el mundo sino que están desapareciendo y se estima que este recurso escaso pasará en poco tiempo a considerarse estratégico y de vital importancia para la humanidad respecto a su tenencia.

La superficie de los glaciares viene en franca disminución año tras año poniendo en peligro nuestra capacidad hídrica y con esto el normal desarrollo futuro del país; basta con observar las fotografías que recorren los distintos sitios de internet en los cuales se puede comparar el tamaño que tenía el glaciar Perito Moreno hace cincuenta años y como está en la actualidad. Argentina dará un gran paso en cuento a sus recursos naturales cuando esta ley se ponga en funcionamiento.

Sin embargo, el proyecto de ley no fue aprobado por unanimidad en la Cámara de Diputados, es más, la votación fue bastante reñida, 129 votos a favor y 86 en contra. ¿Quién podría estar en contra de preservar los reservorios naturales de agua dulce? Los diputados de las provincias cordilleranas lo están. Argumentan que de esta manera se está perjudicando su principal industria que es la minería, la cual se nutre de estos oasis de agua dulce para su funcionamiento, y eso es cierto. En San Juan, la provincia más destacada en cuanto a minería, hizo crecer las exportaciones provinciales de un 10% de su producto bruto a un 32%, lo que la hizo saltar al 5to puesto del ranking nacional. Ubicó a la provincia como la mayor destinataria de inversiones directas en el país. Ha generado cientos de nuevas empresas destinadas a prestar servicios mineros: las cámaras de pymes mineras provinciales registran no menos de 300 nuevos proveedoras de los grandes proyectos. Y permitió un gran repunte de la recaudación provincial, los grandes proyectos retienen ingresos brutos a sus proveedores: en 10 años de recaudar menos de $100 anuales a $280 millones en 6 meses, sin contar el aporte de la actividad en IVA, Ganancias y retenciones.

Estos argumentos que a priori parecen razonables no son otra cosa que una regresión a los años noventa, en los cual con los mismos argumentos, pero aquella vez invertidos, el gobierno se desprendió de todas las empresas estatales con la simple excusa de que eran deficitarias. Con motivo de la falta de recursos para abonar las jubilaciones se crearon las AFJP y su consabida estafa. Los trenes perdían un millón de pesos por día, se privatizaron y esas perdidas ahora se llaman subsidios, tenemos una ínfima parte de vías y miles de empleados menos. YPF, el orgullo nacional, se regaló y hoy pagamos el combustible a precio internacional aunque se produzca acá. Los ejemplos sobran para demostrarnos que cada vez que las decisiones sobre bienes estratégicos fueron tomadas basándose en el aspecto económico como principal argumento al poco tiempo soportamos sus consecuencias en nuestros hombros. Cambiar recursos naturales por dinero es hipotecar el futuro.

Cuando funcionen a pleno los proyectos de Veladero, Pascua Lama y Penélope, la empresa Barrick Gold necesitará un consumo de agua superior a los 5.760.000 litros por día. Se estima que una vivienda del Gran San Juan promedia un consumo de 2.300 litros por día. Es decir, consumirá por día la misma cantidad de agua que 2500 familias Estos proyectos no son ilimitados, algún día cuando ya no encuentran más oro en las montañas sanjuaninas o cuando el proyecto no sea rentable, las empresas mineras se irán en búsqueda de otras montañas y San Juan se quedará sin el dinero que le aporta la minería, sin agua y empobrecida.

Esteban Marcussi
Agosto de 2010


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