
HAZ LO QUE YO DIGO, PERO ...
En estos días convulsionados por el debate planteado a partir de la nueva ley de medios, asistimos a un sinfín de posturas, argumentos, defensas y ribetes.
Por un lado tenemos al Gobierno, el premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, diputados como Carlos Raimundi y Eduardo Macaluse, periodistas de la talla de Víctor Hugo Moralez, Jorgue Lanata y Orlando Barone, entre otros tantos. Por el otro, tenemos al Jefe de gobierno Mauricio Macri, el diputado electo Francisco de Narváez, periodistas del calibre de Mariano Grondona, Marcelo Bonelli y Gustavo Sylvestre, personajes como Jorge Rial, Mirta Legrand y Susana Giménez, y los multimedios Clarín y Grupo Uno.
Daniel Vila, presidente del Grupo Uno, se presentó en esta arena como uno de los grandes detractores a la ley, al punto tal que tildó al gobierno de totalitarista al denunciar que “El matrimonio (Kirchner) es un especialista en cercenar la libertad de expresión y especialista en ejercer la libertad de extorsión” Aunque, hablando de cercenar, no le tiembla el pulso para sacar la señal de la televisión pública del cable, cada vez que juega la selección argentina de fútbol.
Pero el presidente del grupo multimediático y del club Independiente Rivadavia, concesionario de 7 pozos petroleros, dueño de un barrio privado establecido en territorios pertenecientes a la Universidad Nacional de Cuyo (actualmente se encuentran en ligio), no se queda sólo en las palabras sino que es un hombre de acción. Hace un mes atrás y ante la atenta mirada de la cúpula política de Mendoza, el Grupo Uno inauguró una redacción multimedia. Esto es, un espacio físico en donde confluyen periodistas, técnicos y operadores de una radio AM (Radio Nihuil), cinco radios FM (Montecristo, Brava, Ayer, Latinos y La Red Deportiva), dos canales de televisión (Canal 7 Mendoza y Canal 4 Supercanal), un diario (Diario Uno) y dos medios on line (Uno digital y Ovación on line) y que más allá de pretender ser un adelanto tecnológico o empresarial, no es más que un dispositivo para lisa y llanamente concentrar la información.
Cuando se dice que los “monopolios” de los medios de comunicación atentan contra las distintas voces, se refiere a este caso en particular. De ahora en más, quién puede dudar que este conglomerado de medios vaya a tener una misma y sesgada visión de la realidad. Si antes contábamos con 10 medios con sus 10 voces distintas unas de otras, ahora tendremos 1 sola voz repetida por 10 altoparlantes.
Aquellos que antes dudaban de la posible homogeneidad de opinión en estos medios, ahora ven sus vacilaciones confirmadas.
Otro tema no menor es la reducción de periodistas, técnicos y operadores generada por este modus operandi. Por ejemplo, si cada una de las seis radios del grupo debía contar con un locutor para realizar las publicidades, avisos y demás; ahora, bastará con uno o dos locutores que hagan el trabajo para todas. Esto atenta de forma directa contra el empleo y básicamente, atenta contra la producción local de contenidos de los medios de comunicación.
Pero si esta concentración de la información perpetrada por el grupo Vila en Mendoza le parece un latrocinio, peor aún es que se llevó a cabo delante de las congestionadas narices del Gobernador de la provincia y todo su gabinete, los cuales asistieron de estricta gala al banquete de inauguración de esta redacción multimedia y gustosos chocaron sus copas de champagne brindando con el célebre empresario de la comunicación local.
Por un lado tenemos al Gobierno, el premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, diputados como Carlos Raimundi y Eduardo Macaluse, periodistas de la talla de Víctor Hugo Moralez, Jorgue Lanata y Orlando Barone, entre otros tantos. Por el otro, tenemos al Jefe de gobierno Mauricio Macri, el diputado electo Francisco de Narváez, periodistas del calibre de Mariano Grondona, Marcelo Bonelli y Gustavo Sylvestre, personajes como Jorge Rial, Mirta Legrand y Susana Giménez, y los multimedios Clarín y Grupo Uno.
Daniel Vila, presidente del Grupo Uno, se presentó en esta arena como uno de los grandes detractores a la ley, al punto tal que tildó al gobierno de totalitarista al denunciar que “El matrimonio (Kirchner) es un especialista en cercenar la libertad de expresión y especialista en ejercer la libertad de extorsión” Aunque, hablando de cercenar, no le tiembla el pulso para sacar la señal de la televisión pública del cable, cada vez que juega la selección argentina de fútbol.
Pero el presidente del grupo multimediático y del club Independiente Rivadavia, concesionario de 7 pozos petroleros, dueño de un barrio privado establecido en territorios pertenecientes a la Universidad Nacional de Cuyo (actualmente se encuentran en ligio), no se queda sólo en las palabras sino que es un hombre de acción. Hace un mes atrás y ante la atenta mirada de la cúpula política de Mendoza, el Grupo Uno inauguró una redacción multimedia. Esto es, un espacio físico en donde confluyen periodistas, técnicos y operadores de una radio AM (Radio Nihuil), cinco radios FM (Montecristo, Brava, Ayer, Latinos y La Red Deportiva), dos canales de televisión (Canal 7 Mendoza y Canal 4 Supercanal), un diario (Diario Uno) y dos medios on line (Uno digital y Ovación on line) y que más allá de pretender ser un adelanto tecnológico o empresarial, no es más que un dispositivo para lisa y llanamente concentrar la información.
Cuando se dice que los “monopolios” de los medios de comunicación atentan contra las distintas voces, se refiere a este caso en particular. De ahora en más, quién puede dudar que este conglomerado de medios vaya a tener una misma y sesgada visión de la realidad. Si antes contábamos con 10 medios con sus 10 voces distintas unas de otras, ahora tendremos 1 sola voz repetida por 10 altoparlantes.
Aquellos que antes dudaban de la posible homogeneidad de opinión en estos medios, ahora ven sus vacilaciones confirmadas.
Otro tema no menor es la reducción de periodistas, técnicos y operadores generada por este modus operandi. Por ejemplo, si cada una de las seis radios del grupo debía contar con un locutor para realizar las publicidades, avisos y demás; ahora, bastará con uno o dos locutores que hagan el trabajo para todas. Esto atenta de forma directa contra el empleo y básicamente, atenta contra la producción local de contenidos de los medios de comunicación.
Pero si esta concentración de la información perpetrada por el grupo Vila en Mendoza le parece un latrocinio, peor aún es que se llevó a cabo delante de las congestionadas narices del Gobernador de la provincia y todo su gabinete, los cuales asistieron de estricta gala al banquete de inauguración de esta redacción multimedia y gustosos chocaron sus copas de champagne brindando con el célebre empresario de la comunicación local.
Esteban Marcussi
Mendoza, 1 de Octubre de 2009
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