Le cuento, con el asunto este de los feriados la gente anda como loca. Por un lado tenemos a los comerciantes que se quejan porque dicen que van a vender menos y por el otro lado tenemos a los papanatas que son laburantes como usted y yo pero que se quejan por los mismos comerciantes que cada vez que pueden le aumentan los precios con argumentos pueriles. Usted pensará que hablo de alguna especia de síndrome de Estocolmo pero no, es simple gilada. Los piojosos que entendemos los beneficios de los feriados estamos encantados con ellos.
Hagámosla corta. No todos los comerciantes van a vender menos. ¿Usted cree que aquel que necesita un repuesto para la aspiradora la mantendrá rota in eternum? Nooo, claro que no. La comprará al próximo día del feriado. Exacto. Vayamos ahora al rubro alimentario, ¿Usted cree que la gente no va a tomar leche ese día? Nooo, claro que no. El día antes en vez de comprar dos saches comprarán tres. Exacto. No hablemos del rubro de entretenimientos o turismo porque ellos están desesperados por que haya más feriados. A estos casos genéricos sumémosle el mayor consumo que genera el feriado en llamadas telefónicas, cotillón y otros menesteres. Los publicistas, diarieros, dueños de bares y mequetrefes verán aumentadas sus ventas en estos días. Si hasta quizá tenga suerte y el feriado se le da.
¡Queda claro ahora!, entonces déjense de romper las pelotas con que hay muchos feriados.
Por Plinio, el laburante
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